jueves, 15 de octubre de 2015

Alteraciones del sueño

El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido durante la noche.Los trastornos del sueño se presentan entre el 10 y el 15% de la población general y, a menudo, se relacionan con enfermedades (estrés, depresión, ansiedad, trastorno bipolar,...), con el envejecimiento y con ciertos tratamientos farmacológicos. 

La mayoría de las funciones de casi cualquier sistema vivo presenta un ritmo de 24 horas aproximadamente, que se conoce como “ritmo circadiano” (del latín circa que significa “casi” y dies que significa “día”). Algunos fenómenos biológicos rítmicos tienen un periodo más corto que los ritmos circadianos y se conocen como “ritmos ultradianos”. Tienen un ritmo ultradiano la alimentación, los ciclos de sueño y la liberación de hormonas.


El sueño del ser humano es sensible al medio ambiente, los estímulos ambientales tienen capacidad para activar los ritmos biológicos y la luz es el principal agente externo. Además, los patrones de sueño varían según la exposición al calor y al frío, la altitud, el ambiente hiperbárico, el cruce rápido de zonas horarias a bordo de un avión y la microgravedad en el espacio.


  • El calor y el frío provocan fenómenos de regulación a corto y a largo plazo (adaptación y aclimatación), dependiendo de factores tales como el momento e intensidad de la exposición y la humedad ambiental.
  • La altitud altera el patrón normal de sueño, especialmente en individuos no aclimatados. Su influencia en el sueño dependerá de la capacidad de cada individuo para aclimatarse, de la velocidad de ascenso y del nivel de altitud alcanzado, pudiendo afectar al número de horas de sueño y a la aparición de alteraciones respiratorias hipóxicas.
  • El ambiente hiperbárico, como ocurre en la práctica del buceo, altera los patrones de sueño por la presión elevada, siendo estas alteraciones reversibles durante la descompresión.

Síntomas
La calidad del sueño es tan importante como la cantidad. El insomnio puede estar asociado a la siguiente sintomatología: dificultad para conciliar el sueño, cansancio y somnolencia durante el día, sueño no reparador, aumento del número de veces que nos despertamos por la noche, etc.

Un caso particular es el jet-lag, término que describe una serie de síntomas físicos y psicológicos asociados con el cruce rápido de múltiples zonas horarias (meridianos). 

Aparece más frecuentemente con los cambios de zona horaria por encima de 5 horas y en viajes en dirección al este. El ritmo circadiano habitual normal está influenciado por factores externos como la luz, ingesta de alimentos y secreción hormonal de melatonina. La sintomatología asociada al jet-lag  es secundaria al trastorno del ritmo fisiológico circadiano y a la alteración del ciclo del sueño. De esta forma podemos encontrar síntomas del tipo: fatiga, cambios del estado de ánimo, astenia, anorexia, falta de concentración, disminución de las habilidades cognitivas y síntomas gastrointestinales.




Tratamiento
En general, si no se logra conciliar el sueño y antes de tomar cualquier tratamiento farmacológico que podrían generar dependencia, es recomendable normalizar los hábitos para conseguir una buena higiene del sueño, como por ejemplo:
  • Acostarse a la misma hora todos los días
  • No hacer siestas
  • Procurar un ambiente para dormir sin demasiada luz o ruido
  • No pasar demasiado tiempo en la cama mientras se está despierto
  • Evitar, a ser posible, los turnos de trabajo nocturnos
  • Realizar ejercicio físico, pero no antes de dormir
  • Evitar la utilización de dispositivos electrónicos en la cama

También es recomendable revisar los tratamientos farmacológicos ya que ciertos fármacos pueden provocar alteraciones del sueño. El alcohol, las drogas, la cafeína o el hábito tabáquico excesivo pueden influir de forma negativa en la calidad del sueño

En el caso del jet-lag, hay que procurar mantener el ritmo horario del país de origen si el viaje es inferior a 48 horas. Si el viaje es de mayor duración, se deberá ajustar el ciclo ingesta/vigilia/sueño en una o pocas horas al ciclo del país de destino empezando 1 o 2 días antes del viaje y, en los días posteriores, acoplarse al ritmo local de comidas y sueño  ya que esto ayudará a resincronizar el ritmo biológico en el destino. También es recomendable ingerir más líquidos de lo habitual.

Como hemos comentado, hay medicamentos que pueden producir alteraciones del sueño. En próximas entradas hablaremos específicamente de ello.


Esperamos que esta información os haya sido de utilidad, un saludo.


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