jueves, 22 de octubre de 2015

¿Dudas sobre la vacuna antigripal?

La gripe es una infección vírica que suele propagarse rápidamente en forma de epidemias estacionales, por lo que constituye un importante problema de salud pública. La infección se caracteriza por la aparición súbita de fiebre alta, dolores musculares, cefalea y malestar general importante, tos seca, dolor de garganta y rinitis. La mayoría de los afectados se recuperan en una o dos semanas sin necesidad de recibir tratamiento médico. 

Sin embargo, en determinados grupos de riesgo la infección puede conllevar graves complicaciones de la enfermedad subyacente, provocar neumonía o causar la muerte. Así  el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad recomienda la vacunación frente a la gripe, a partir de la tercera semana del mes de octubre, a:

- Mayores de 65 años
- Personal sanitario y de centros de atención a enfermos crónicos
-Personas que trabajan en servicios públicos esenciales (bomberos, protección civil, centros de internamiento, y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado)
- Otros grupos de riesgo que se pueden consultar en 
 http://www.msssi.gob.es/gabinete/notasPrensa.do.



La vacunación anual es una de las medidas más eficaces para prevenir la gripe y sus complicaciones. 

También se debe evitar la transmisión del virus con medidas higiénicas como taparse la boca al toser o al estornudar, preferiblemente con pañuelos desechables y el lavado frecuente de manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado. En cambio, no está indicado el uso de antibióticos, puesto que no son efectivos frente a la gripe (es una enfermedad causada por un virus), y su uso puede crear resistencias a estos fármacos.

Debido a la elevada capacidad del virus de la gripe de sufrir mutaciones, la composición de las vacunas debe revisarse cada año, y la Organización Mundial de la Salud (OMS) decide las cepas de virus de la gripe que deben incluir las vacunas antigripales. Para que la vacunación sea eficaz es preciso administrar siempre la vacuna correspondiente a la temporada en curso durante el otoño de cada año (de octubre a diciembre en Europa).

La protección se obtiene generalmente al cabo de 2 a 3 semanas, y la duración de la inmunidad varía, pero es normalmente de 6-12 meses. Se debe tener en cuenta que aunque la vacuna pretende proteger frente a aquellas cepas del virus a partir de las cuales se ha elaborado, como con cualquier vacuna, puede que no se obtenga una respuesta inmunitaria protectora en todos los vacunados.

Se recomienda una revisión del historial médico (especialmente en relación a la vacunación previa y la posible aparición de efectos no deseados) y de un examen clínico antes de la vacunación. En cualquier caso, La inmunización deberá posponerse en los pacientes con enfermedad febril o infección aguda y está contraindicada en pacientes con hipersensibilidad a los principios activos o a alguno de los excipientes.

Las vacunas antigripales inactivadas se pueden usar  durante todo el embarazo. De hecho, en mujeres embarazadas con problemas médicos que aumenten el riesgo de complicaciones derivadas de la gripe, se recomienda la administración de la vacuna, con independencia del estadio de su embarazo.

Tampoco existe ninguna contraindicación durante la lactancia.

Respecto a las interacciones con otros medicamentos  no  se suelen realizar estudios, por lo que no hay datos disponibles.

Si se va a administrar la vacuna al mismo tiempo que otra vacuna inyectable, se deberán administrar siempre en lugares de inyección diferentes.

Aunque en pacientes con inmunodeficiencias o  bajo tratamiento con inmunosupresores es posible que la respuesta a la vacuna sea insuficiente, muchos de ellos sí alcanzan una respuesta protectora frente a la enfermedad, y por tanto se recomienda la vacunación antigripal anual de todos los pacientes inmunodeprimidos y de las personas que conviven con ellos.

Después de la vacunación, se pueden obtener resultados falsos positivos en la detección de anticuerpos frente a virus como el de la inmunodeficiencia humana (HIV-1) y el virus de la hepatitis C, según el método utilizado, pero en todo caso, se pueden desenmascarar con otras técnicas analíticas. Debe avisar a su médico si le van a hacer alguna de estas determinaciones tras la vacunación.

Por último, en cuanto a los efectos secundarios, cabe insistir en que en el momento actual las vacunas  disponibles son vacunas inactivadas que  contienen virus de la gripe muertos o fracciones de los mismos, por lo tanto, no pueden transmitir la enfermedad y que, en general, son vacunas bien toleradas. Pueden aparecer síntomas locales leves en el lugar de la inyección  (enrojecimiento, dolor e induración) y síntomas generales tales como fiebre, dolor muscular, cansancio, dolor de cabeza  y malestar, que comienzan a las pocas horas de la vacunación (6-12 horas), y suelen desaparecer espontáneamente en 1-2 días.

En definitiva, la vacuna de la gripe es eficaz y segura, de modo que si perteneces a uno de los grupos de riesgo ¡vacúnate!.

jueves, 15 de octubre de 2015

Alteraciones del sueño

El insomnio es la dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido durante la noche.Los trastornos del sueño se presentan entre el 10 y el 15% de la población general y, a menudo, se relacionan con enfermedades (estrés, depresión, ansiedad, trastorno bipolar,...), con el envejecimiento y con ciertos tratamientos farmacológicos. 

La mayoría de las funciones de casi cualquier sistema vivo presenta un ritmo de 24 horas aproximadamente, que se conoce como “ritmo circadiano” (del latín circa que significa “casi” y dies que significa “día”). Algunos fenómenos biológicos rítmicos tienen un periodo más corto que los ritmos circadianos y se conocen como “ritmos ultradianos”. Tienen un ritmo ultradiano la alimentación, los ciclos de sueño y la liberación de hormonas.


El sueño del ser humano es sensible al medio ambiente, los estímulos ambientales tienen capacidad para activar los ritmos biológicos y la luz es el principal agente externo. Además, los patrones de sueño varían según la exposición al calor y al frío, la altitud, el ambiente hiperbárico, el cruce rápido de zonas horarias a bordo de un avión y la microgravedad en el espacio.


  • El calor y el frío provocan fenómenos de regulación a corto y a largo plazo (adaptación y aclimatación), dependiendo de factores tales como el momento e intensidad de la exposición y la humedad ambiental.
  • La altitud altera el patrón normal de sueño, especialmente en individuos no aclimatados. Su influencia en el sueño dependerá de la capacidad de cada individuo para aclimatarse, de la velocidad de ascenso y del nivel de altitud alcanzado, pudiendo afectar al número de horas de sueño y a la aparición de alteraciones respiratorias hipóxicas.
  • El ambiente hiperbárico, como ocurre en la práctica del buceo, altera los patrones de sueño por la presión elevada, siendo estas alteraciones reversibles durante la descompresión.

Síntomas
La calidad del sueño es tan importante como la cantidad. El insomnio puede estar asociado a la siguiente sintomatología: dificultad para conciliar el sueño, cansancio y somnolencia durante el día, sueño no reparador, aumento del número de veces que nos despertamos por la noche, etc.

Un caso particular es el jet-lag, término que describe una serie de síntomas físicos y psicológicos asociados con el cruce rápido de múltiples zonas horarias (meridianos). 

Aparece más frecuentemente con los cambios de zona horaria por encima de 5 horas y en viajes en dirección al este. El ritmo circadiano habitual normal está influenciado por factores externos como la luz, ingesta de alimentos y secreción hormonal de melatonina. La sintomatología asociada al jet-lag  es secundaria al trastorno del ritmo fisiológico circadiano y a la alteración del ciclo del sueño. De esta forma podemos encontrar síntomas del tipo: fatiga, cambios del estado de ánimo, astenia, anorexia, falta de concentración, disminución de las habilidades cognitivas y síntomas gastrointestinales.




Tratamiento
En general, si no se logra conciliar el sueño y antes de tomar cualquier tratamiento farmacológico que podrían generar dependencia, es recomendable normalizar los hábitos para conseguir una buena higiene del sueño, como por ejemplo:
  • Acostarse a la misma hora todos los días
  • No hacer siestas
  • Procurar un ambiente para dormir sin demasiada luz o ruido
  • No pasar demasiado tiempo en la cama mientras se está despierto
  • Evitar, a ser posible, los turnos de trabajo nocturnos
  • Realizar ejercicio físico, pero no antes de dormir
  • Evitar la utilización de dispositivos electrónicos en la cama

También es recomendable revisar los tratamientos farmacológicos ya que ciertos fármacos pueden provocar alteraciones del sueño. El alcohol, las drogas, la cafeína o el hábito tabáquico excesivo pueden influir de forma negativa en la calidad del sueño

En el caso del jet-lag, hay que procurar mantener el ritmo horario del país de origen si el viaje es inferior a 48 horas. Si el viaje es de mayor duración, se deberá ajustar el ciclo ingesta/vigilia/sueño en una o pocas horas al ciclo del país de destino empezando 1 o 2 días antes del viaje y, en los días posteriores, acoplarse al ritmo local de comidas y sueño  ya que esto ayudará a resincronizar el ritmo biológico en el destino. También es recomendable ingerir más líquidos de lo habitual.

Como hemos comentado, hay medicamentos que pueden producir alteraciones del sueño. En próximas entradas hablaremos específicamente de ello.


Esperamos que esta información os haya sido de utilidad, un saludo.