jueves, 29 de marzo de 2018

Neuropatía periférica por antineoplásicos

Los fármacos para el cáncer, también llamados antineoplásicos, citostáticos, y más comúnmente la quimioterapia, son conocidos por las reacciones adversas que provocan. En concreto, los tratamientos tradicionales para el cáncer eran agentes bastante inespecíficos que atacaban a todas las células que se reproducían rápido. Es por ello que provocaban importantes reacciones adversas que había que vigilar. Por otro lado, los nuevos agentes antineoplásicos que se están desarrollando en los últimos años actúan de manera mucho más específica contra moléculas que se encuentra en su mayor parte en las células cancerosas. De esta manera, las reacciones adversas secundarias al tratamiento suelen ser menos importantes, y así, se pueden administrar tratamientos de larga duración.

Sin embargo, aunque los nuevos agentes tienen un mejor perfil de toxicidad, sigue habiendo reacciones adversas que pueden surgir. Por lo tanto, es muy importante, ya sean antineoplásicos tradicionales o nuevos, conocer qué problemas pueden surgir y cómo se debe actuar. Hoy nos vamos a centrar en la neuropatía periférica.





¿Qué es la neuropatía periférica?

Nuestro cuerpo está lleno de nervios encargados de llevar la información de nuestro sistema nervioso (cerebro y médula espinal) hasta cualquier parte del organismo y viceversa. La neuropatía periférica aparece ante cualquier problema que afecte a estos nervios.

Puede estar causada por multitud de situaciones:
  • Diabetes (la más frecuente)
  • Trastornos autoinmunes como la artritis reumatoidea o el lupus
  • Enfermedad renal crónica
  • Infecciones como VIH/SIDA o hepatitis C
  • Intoxicación por pegamento o metales pesados como el plomo
  • Consumo excesivo y prolongado de alcohol
  • Tratamiento con determinados fármacos para tratar la epilepsia, infecciones, hipertensión o el cáncer

Los síntomas que se producen dependen de qué nervio está dañado y de su extensión. En lo que respecta a la reacción adversa provocada por la administración de antineoplásicos, el síntoma más frecuente es el dolor y entumecimiento de los miembros superiores e inferiores

Se trata de un hormigueo o ardor que cursa con pérdida de sensibilidad en brazos y piernas que suele comenzar en los dedos de los pies y de las manos y va ascendiendo de manera gradual. También se puede dar más como un pinchazo o un dolor ardiente, o como una mayor sensibilidad a las temperaturas extremas. En cualquier caso, puede incluir además un dolor punzante y agudo que complica al paciente la realización de tareas diarias como abotonarse la camisa, separar monedas en un bolso o caminar.

Además de la molestia que ocasiona, puede llegar a ser peligroso ya que al tener la sensibilidad reducida, la persona puede pincharse con algún objeto o tocar una superficie demasiado caliente y no darse cuenta, con el consiguiente daño que se produce.

Es una de las razones más comunes por la que los pacientes abandonan su tratamiento para el cáncer prematuramente.

¿Qué fármacos para el cáncer lo causan?

Como se ha comentado al principio, aunque es producida de manera más frecuente y grave por la quimioterapia tradicional, también puede aparecer con los nuevos agentes dirigidos. Podemos destacar los siguientes medicamentos:

  • Compuestos de platino (cisplatino, carboplatino, oxaliplatino)
  • Vincristina
  • Taxanos (docetaxel, paclitaxel)
  • Bortezomib
  • Talidomida
  • Lenalidomida
  • Fluorouracilo
  • Capecitabina
  • Trifluridina
  • Imatinib
  • Dasatinib
  • Nilotinib


¿Hay algún tratamiento?

De momento, no existe ninguna manera de predecir qué paciente lo va a padecer y en qué grado antes de recibir el tratamiento antineoplásico. Este hecho repercute en la importancia de informar debidamente al paciente para que sepa reconocer el problema y comunicarlo a sus profesionales sanitarios.

A día de hoy no existe ningún tratamiento farmacológico que haya demostrado paliar la neuropatía periférica. Es por ello que la práctica más común consiste en reducir la dosis del antineoplásico o suspenderlo temporalmente hasta que la neuropatía desaparezca o sea tolerable.



En definitiva, ningún fármaco está exento de reacciones adversas por muy nuevo y efectivo que sea. Siempre es importante conocer qué problemas pueden surgir y comunicar su aparición. La neuropatía periférica es una de las reacciones adversas más comunes de los antineoplásicos. Aunque en un principio no sea muy grave, puede ocasionar una importante pérdida de calidad de vida para el paciente por lo que se debe tener en cuenta y actuar en consecuencia.



Cuídense!

María Torres
Pablo Pérez

jueves, 22 de marzo de 2018

Inmunoglobulinas subcutáneas: ¿qué son y cómo se administran?

Las inmunoglobulinas, también llamados anticuerpos, son un tipo de proteínas que sintetizan nuestras células defensivas para luchar contra las infecciones. Si recordáis la serie de "Erase una vez el cuerpo humano..." se correspondían con los bichitos voladores que lanzaban las naves espaciales cuando detectaban algún agente infeccioso. Tienen la capacidad de unirse a todo lo que no sea propio e iniciar la respuesta defensiva del organismo.




Hay algunas personas que por problemas genéticos o adquiridos pierden la capacidad de generar un nivel adecuado de anticuerpos. En estos casos, para que no padezcan infecciones y puedan vivir sanos se les debe administrar anticuerpos cada pocas semanas. Estas moléculas, al ser proteínas grandes y complejas, no pueden ser fabricadas en un laboratorio, por lo que se obtienen a partir del plasma de las donaciones de sangre. Se puede decir que de las donaciones se aprovecha todo.

Hasta hace poco, la única opción que tenían estos pacientes era acudir al hospital para que les infundieran estas inmunoglobulinas por vía intravenosa. Además del inconveniente de ir al hospital y que le canalicen una vía, la administración se debe hacer a muy baja velocidad para que no haya reacciones adversas, por lo que los pacientes se pasan horas y horas sentados con el gotero.

En los últimos años, han aparecido en el mercado dos medicamentos que pueden ayudar a este tipo de pacientes. Ambos contienen inmunoglobulinas pero con la salvedad de que se pueden autoadministrar por vía subcutánea. Es decir, los pacientes las recogen en las farmacias de hospital y, tras una formación, se las administran ellos mismos en su casa.

Sin embargo, no todos los pacientes en tratamiento con inmunoglobulinas intravenosas pueden cambiar a las subcutáneas. Son fármacos cuya forma de administración es bastante compleja por lo que el médico debe asegurarse de que el paciente va a ser capaz de administrárselo correctamente. Además, los pacientes deben contar con apoyo social a largo plazo.

Pero, ¿cómo se administran estos medicamentos?

Hizentra



Hyqvia
El vídeo no está disponible en YouTube, así que os dejamos la web del laboratorio desde donde lo podéis reproducir.


En definitiva, cualquier estrategia que facilite el día a día de los pacientes siempre debe ser bienvenida, y más en casos de enfermedades crónicas. Por otro lado, aunque la autoadministración de medicamentos es muy interesante, se debe tener en cuenta la capacitación del paciente. Es decir, por muy bien que le venga a un paciente el cambio, solo se debe realizar si está preparado, ya que lo primero siempre debe ser recibir el tratamiento de manera correcta.


Cuídense!

Andreia Oliveira
María Centelles
Pablo Pérez