miércoles, 27 de mayo de 2015

Omeprazol: mitos y verdades

Omeprazol es uno de los fármacos más vendidos en nuestro país. Pertenece a la familia de los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y su acción principal es la reducción pronunciada y duradera de la producción de ácido en el estómago.

Tras su comercialización en los años 90 los fármacos IBP se han convertido en los medicamentos de referencia para el tratamiento de la ulcera péptica y el reflujo gastroesofágico. Entre sus indicaciones se encuentra también la profilaxis de lesiones gastrointestinales provocados por los antiinflamatorios no esteroideos (conocidos como AINES), el tratamiento del síndrome de Zollinger–Ellison, y la úlcera gastrointestinal asociada al Helicobacter pylori.

Sin embargo, durante estos años también han surgido muchos mitos en cuanto a los efectos secundarios de la utilización de omeprazol. Algunas veces incluso con titulares en periódicos tan llamativos como “Tenga cuidado con el ‘omeprazol’ el protector gástrico que destruye la salud”Antes de hablar de los efectos secundarios reales del fármaco es necesario aclarar que ningún medicamento está exento de riesgo. Incluso aquellos que no precisan receta para su dispensación en la farmacia o los complementos alimenticios  que se venden en parafarmacias tienen descritos efectos secundarios.

En general, se puede decir que este medicamento es seguro, bien tolerado y la mayor parte de sus reacciones adversas son poco frecuentes, leves y reversibles. Dentro de los riesgos de este grupo de fármacos hay que diferenciar los efectos adversos a corto plazo que suelen ser leves y reversibles cuando se suspenden, como son  diarrea, dolor abdominal, nauseas, estreñimiento, otras  veces también puede aparecer cefalea y alteraciones en la piel. De manera excepcional puede darse un shock anafiláctico, que es una reacción grave e imprevisible por alergia al producto y requiere atención médica urgente. Además, es necesario recordar que como el resto de medicamentos omeprazol puede interaccionar con otros fármacos y hacer que éstos se absorban en menor proporción y hagan menos efecto.

En la siguiente tabla se recogen algunos consejos:

Efectos secundarios más comunes
(afectan a menos de 1 persona de cada 10)
¿Qué puedo hacer si me ocurre?
Dolor de estómago
Realizar comidas sencillas, evitar alimentos condimentados o picantes
Diarrea
Beber mucha agua. Si se prolonga o se agudiza informe a su médico
Estreñimiento
Trate de comer una dieta equilibrada y beber mucha agua
Dolor de cabeza
Consulte con su farmacéutico el analgésico apropiado

También se han descrito efectos a largo plazo en tratamientos superiores a un año de duración y con dosis altas como la disminución en la absorción de algunos nutrientes (calcio, magnesio o vitamina B12). Éste es un problema conocido y controlado por los médicos en aquellos pacientes que precisan tomar IBP durante largos periodos de tiempo. 

Por otro lado, omeprazol y el resto de fármacos IBP se han convertido para algunas personas en el remedio para todo. Por ejemplo, cuando alguien se va a tomar un comprimido de lo que sea es muy frecuente escuchar "¿te has tomado antes el protector?".  El omeprazol y el resto de IBP se deben tomar solo cuando el médico se lo prescriba y no como normal general. De hecho, la gran mayoría de fármacos no dañan el estómago y por lo tanto no haría falta ningún protector. 


En cualquier caso, su médico le indicará la necesidad o no de tomar IBP a largo plazo en función de su problema de salud; consulte con su médico o farmacéutico si le surgen dudas.

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