lunes, 12 de mayo de 2014

Nuevos números del boletín "En Dosis Unitarias..." (nº 14, 15 y 16)

Ya hemos publicado los números de febrero, marzo y abril de nuestro boletín "En Dosis Unitarias...". 


También podéis acceder a los números anteriores pinchando aquí.

Un saludo.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Atención farmacéutica de calidad a pacientes externos: ¿es posible?

Imaginemos una localidad de unos 10.000 habitantes situada en la Comunidad Valenciana. ¿Sabéis cuantas oficinas de farmacia abiertas al público tendría? Si acudimos a la Ley de Ordenación Farmacéutica de dicha comunidad autónoma, podemos leer:

Artículo 21. Módulos
Se establecen los siguientes módulos de habitantes para la apertura de nuevas Oficinas de Farmacia:
Módulo I. Zonas Farmacéuticas Generales:
Para los municipios de las zonas farmacéuticas generales el número de oficinas de farmacia será de una por cada 2.800 habitantes censados, lo cual se considera el módulo básico general. En todo caso, una vez superado este módulo básico general se podrá establecer una oficina de farmacia cuando se superen los 2.000 habitantes censados adicionales. Siempre habrá de alcanzarse el módulo básico general para poder aplicar de nuevo la fracción de 2.000 habitantes censados.

Sin entrar en otras consideraciones (como posibles módulos turísticos complementarios), esta localidad imaginaria contaría con al menos 4 oficinas de farmacia (para 8.800 habitantes; al alcanzarse los 10.800, podría abrirse una farmacia adicional). Es importante destacar que estamos hablando de habitantes, no de usuarios/pacientes de las oficinas de farmacia.

Como podéis suponer, los 10.000 habitantes de esta población imaginaria no es una cifra escogida al azar, sino que se trata del número de pacientes/año al que ya nos estamos acercando en la Unidad de Atención Farmacéutica a Pacientes Externos (UFPE) de nuestro hospital. En concreto, el año 2013 atendimos a casi 9.600 pacientes, cifra que en el mes de febrero (es decir, desde marzo de 2013 hasta febrero de 2014) ya se ha incrementado (9.735 pacientes). Y no olvidemos que en este caso sí estamos hablando de pacientes (no habitantes), crónicos en su mayoría, que acuden regularmente a nuestra UFPE. Esto ha supuesto durante este mismo periodo de tiempo más de 43.100 visitas de pacientes y más de 81.000 dispensaciones. Haciendo un sencillo cálculo, teniendo en cuenta el número de días hábiles durante los cuales la UFPE está abierta al público, esto supone una media superior a los 190 pacientes/día (lo que implica picos difíciles de abordar cercanos a los 250 pacientes/día). 















Y os lanzo otra pregunta: ¿sabéis cuales son las funciones que tenemos encomendadas las UFPE? ¿Pensáis que tenemos alguna función además de lo que es la mera dispensación de medicamentos? Bueno, acudimos de nuevo a la legislación vigente en nuestra Comunidad Autónoma, en concreto a la Orden de creación de las UFPE publicada ya en el año 2001, para dar respuesta a esta pregunta:

Artículo 3. Funciones 
Asumirá como funciones propias las siguientes: 
a. Informar y asesorar a los pacientes externos en lo que respecta a: 
• Correcta administración. 
• Efectos adversos. 
• Interacciones. 
• Recomendaciones sobre promoción de la salud y estilo de vida saludable. 
b. Asesorar a los facultativos con la finalidad de lograr la máxima adecuación de las prescripciones que se generan en el ámbito hospitalario con la Guía Farmacoterapéutica de Atención Primaria, logrando la máxima integración de los tratamientos farmacológicos generados en los dos niveles asistenciales. 
c. Dispensar a los pacientes no ingresados, las especialidades calificadas de uso hospitalario, o aquellas otras que sea necesario de acuerdo con el artículo 91 de la Ley 25 /1990, de 20 de diciembre, del Medicamento. 
d. Establecer, desde la óptica de Atención Farmacéutica, procedimientos que garanticen el seguimiento de las pautas terapéuticas en los tratamientos instaurados a los pacientes, promoviendo el uso racional y eficiente de los medicamentos. 
e. Participar en la Comisión de Farmacia y Terapéutica del hospital y en la Comisión de Uso Racional del Medicamento del Área de Salud de referencia, cuando se traten asuntos de su competencia, así como en aquellas en que les sea solicitada su participación por la dirección médica del hospital. 
f. Colaborar y asesorar en la adquisición y gestión de los medicamentos en el Servicio de Farmacia. 
g. Colaborar en los proyectos de investigación clínica en aquellos medicamentos y patologías relativas a su ámbito de actuación. 
h. Informar periódicamente sobre los perfiles de utilización que se generan para pacientes externos en el medio hospitalario, promoviendo el uso racional del medicamento. 
i. Elaborar los indicadores de actividad, económicos y de resultados en el paciente a solicitud de la dirección del hospital y la Consellería de Sanidad. 
j. Participar en la docencia pre y postgrado del Servicio de Farmacia y en la formación continuada del personal sanitario. 
k. Realizar, colaborar y promover actividades educativas sobre cuestiones de su competencia dirigidas a sus pacientes
l. Realizar, colaborar y promover actividades encaminadas a mejorar la calidad de los servicios farmacéuticos que prestan, así como la presentación de propuestas de mejora en las áreas específicas objeto de su competencia. 
m. Y todas aquellas actividades que le sean encomendadas por la dirección de su Centro.


Es fácil entender que con la carga de trabajo que soportamos es imposible dar respuesta a todas estas funciones asignadas. Además, hay que recordar que los tratamientos que dispensamos en los hospitales son cada vez más complejos (productos biológicos, dispositivos especiales de administración, medicamentos extranjeros y de uso en situaciones especiales, medicamentos sometidos a regulaciones y controles específicos o a planes de gestión de riesgos...) y con un elevado impacto económico (lo que nos obliga a ajustar cada vez más las existencias incrementando la carga de trabajo de su gestión).

¿Cuales son las consecuencias de todo esto? Pues son muchas, aunque haremos hincapié fundamentalmente en dos de ellas: tiempos de espera elevados para los pacientes y disminución de la calidad en la atención farmacéutica a los mismos. Muchos han sido los cambios que hemos realizado en nuestra UFPE para tratar de absorber con garantías el incremento de actividad: cambios de personal, modificación de horario, cambios estructurales, modificación de circuitos de trabajo, prescripción electrónica, robotización, cambios en los sistemas de información, gestión telemática de dispensaciones, dispensación domiciliaria, utilización de herramientas 2.0... Sin embargo, la realidad siempre va por delante (cada vez más pacientes, más medicamentos a dispensar y de mayor complejidad) y nunca es suficiente. Es un hecho que en los últimos años se han ido pasando cada vez más medicamentos a dispensación hospitalaria, ya sea por motivos sanitarios o económicos. Sin entrar en guerras o polémicas al respecto con nuestros compañeros de oficina de farmacia, este hecho presenta ventajas (son tratamientos complejos de seguimiento hospitalario de modo que la cercanía e integración del farmacéutico de hospital con el equipo médico puede ser determinante, hay un ahorro económico al eliminar los márgenes del distribuidor y de las oficinas de farmacia...) pero también inconvenientes (especialmente derivados de la necesidad de que los pacientes tengan que acudir al hospital a por su tratamiento, lo cual en muchos casos supone un problema importante para ellos, frente a la indiscutible mayor accesibilidad de las oficinas de farmacia). Creo que si se apuesta por un modelo de atención farmacéutica a través de los servicios de farmacia de los hospitales resulta imprescindible evaluar el impacto que supone y dotar de los recursos (materiales y humanos) necesarios para poder desarrollarlo. En caso contrario, es posible que los inconvenientes acaben superando a las ventajas.

Saludos.

PD: y no quiero ni pensar en que nos llegue el copago...


viernes, 2 de mayo de 2014

Eliminación de fármacos: importancia de la circulación enterohepática

La eliminación de un fármaco es un proceso por el cual es expulsado del organismo, bien inalterado, o bien transformado químicamente en el hígado.
El metabolismo de un fármaco consiste en una serie de reacciones químicas a nivel hepático (oxidación, reducción, glucuronización, entre otras) que tienen como objetivo transformar al fármaco en un producto,  que pueda ser eliminado fácilmente. Este producto se denomina “metabolito”.

El riñón es el principal órgano excretor, aunque existen otros como el hígado, la piel, los pulmones o estructuras glandulares, como las glándulas salivales y lagrimales. Estos órganos o estructuras utilizan vías determinadas para expulsar el fármaco del cuerpo, que reciben el nombre de vías de eliminación: orina, lágrimas, sudor, saliva, aire espirado, leche materna, heces, bilis.
Muchos fármacos se “eliminan del organismo” a través de la excreción biliar. La bilis es una sustancia segregada por el hígado que tiene como finalidad facilitar la eliminación de determinadas sustancias.

La circulación enterohepática es un proceso cíclico que supone la reabsorción de una sustancia que ha sido transformada en el hígado, su posterior eliminación a través de la bilis hacia el intestino y finalmente su paso de nuevo al hígado a través de la sangre.

Puede contribuir a esta reabsorción de fármacos la acción de la flora intestinal. Por ejemplo, ciertas bacterias que residen de forma habitual en nuestro intestino, poseen enzimas (glucuronidasas) que ”liberan” el fármaco original de su conjugado con ácido glucurónico (producto no absorbible). Estos procesos dan origen a una circulación enterohepática en que parte del fármaco que pasa a la luz intestinal es reabsorbido, y como consecuencia de esto (acción bacteriana) se prolonga la duración de la acción del fármaco.


Algunos ejemplos con fármacos habituales:

- La digoxina se transforma muy poco en el hígado, eliminándose mayoritariamente por vía renal . La vida media (tiempo en el cual el fármaco es eliminado en un 50%) es de 35-45 horas,  por lo que sus efectos persisten 4-6 días después de suspender el tratamiento. Por vía biliar se excreta el 30% de la digoxina de forma inalterada, pero en el intestino sufre un proceso de circulación enterohepática. Esta recirculación contribuye también a la prolongada semivida de la digoxina.
El 10% de los pacientes posee en su intestino Eubacterium lentumbacteria que convierte la digoxina en compuestos inactivos en el tubo digestivo; en estos pacientes, el ajuste de la dosis de digoxina es más difícil que en la población general.  El uso de antibióticos (tetraciclinas, eritromicina y claritromicina),  destruye el Eubacterium lentum por lo tanto aumentan los niveles de digoxina.De hecho, la interacción entre digoxina y claritromicina puede aumentar los niveles de forma tan importante que puede tener como consecuencia la intoxicación digitálica, es decir intoxicación por elevados niveles de digoxina.
Por ello se considera necesaria la monitorización estrecha de los niveles de digoxina en los pacientes tratados con claritromicina o cualquier otro de antibióticos mencionados.

Anticonceptivos orales
Otro caso de interacción importante es la que se da entre algunos anticonceptivos orales (por ejemplo el etinilestradiol) y los antibióticos. Se da por la destrucción de la flora microbiana interrumpiendo  la desconjugación y la posterior absorción de fármaco activo. Entre los más notorios:
1. La rifampicina es el único antibiótico que ha demostrado que reduce los niveles plasmáticos de anticonceptivos del tipo estrogénico. En estos casos se aconseja la utilización de un método anticonceptivo alternativo mientras se administra el antibiótico.
2. Otros  antibióticos como ampicilina, amoxicilina, metronidazol y tetraciclina han sido relacionados  con poca frecuencia con una reducción de la eficacia del anticonceptivo.
3. Por último, cefalexina, clindamicina, dapsona, eritromicina, griseofulvina, isoniazida, trimetoprima y quinolonas han sido relacionados, en raras ocasiones, con una disminución de la eficacia anticonceptiva.


Estos son solo 2 ejemplos, pero situaciones similares pueden producirse al combinar otros medicamentos. Por tanto, se considera necesario, tanto con estas como con cualquier otra clase de interacción  consultar con su médico y/o farmacéutico antes de tomar un fármaco nuevo.

lunes, 7 de abril de 2014

Validez de los medicamentos multidosis una vez abiertos

Como todos sabéis, la fecha de caducidad que aparece en el envase de cualquier medicamento se refiere a la validez del producto intacto, es decir, antes de utilizarse por primera vez. Una vez sobrepasada la fecha de caducidad no se puede garantizar que el medicamento mantenga sus propiedades. Es por ello importante que reviséis periódicamente las fechas de caducidad de los envases que almacenéis en vuestro hogar. Tanto las oficinas de farmacia como los servicios de farmacia hospitalarios disponen de contenedores para desechar medicamentos caducados. En este sentido, si queréis más información sobre la fecha de caducidad de los medicamentos os recomendamos que leáis la entrada "Alerta: medicamento caducado" publicada con anterioridad en este mismo blog.

En el caso de los niños son frecuentes las formas líquidas en envases multidosis como pueden ser jarabes o gotas, e inhaladores. Estos medicamentos multidosis son unos de los que más se ven afectados por una inadecuada conservación y utilización. Varios factores pueden influir en su estabilidad, produciéndose alteraciones que pueden suponer riesgos potenciales para el paciente relacionados tanto con la efectividad como con la seguridad del medicamento. Una vez abierto el envase multidosis el periodo de validez ya no viene determinado por la fecha de caducidad, sino que suele ser un plazo más corto.

Habitualmente el periodo de validez de un envase multidosis viene descrito en el prospecto. Sin embargo, en muchos casos no encontraréis información al respecto. Aunque hay descritas recomendaciones generales sobre cuánto tiempo conservar este tipo de medicamentos según sea colirio, jarabe, inhalador, etc, lo más recomendable es que consultéis con vuestro farmacéutico el periodo de validez del mismo y, en cualquier caso, que tiréis el medicamento restante una vez finalizado el tratamiento.

A continuación os damos unas recomendaciones generales:
  • Antes de abrir un nuevo envase, revisar que no existe ya otro empezado.
  • Al ser abierto, anotar fecha de apertura y de caducidad.
  • Nunca superar la fecha de caducidad original.
  • Siempre que sea posible el envase se mantendrá dentro de su caja.
  • No deben conservarse envases abiertos sin tapón, ni ampollas empezadas, ni viales pinchados con aguja.
A modo de ejemplo os mostramos a continuación una tabla con el modo de conservación y el periodo de validez una vez abierto de los principales medicamentos multidosis en forma líquida dispensados en nuestra unidad. 



Esperamos que esta información sea de vuestra ayuda.

Un saludo.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Candidiasis orofaríngea

El ser humano puede sufrir infecciones causadas por virus, hongos o bacterias. Algunas especies de hongos y bacterias las podemos encontrar de forma habitual en nuestro organismo siendo incluso beneficiosas para la salud. El problema viene cuando nuestro organismo no es capaz de "mantenerlas  a raya" y es entonces cuando se producen las infecciones.


Candida albicans es un hongo que se encuentra de forma habitual en nuestro tracto gastrointestinal. Es el principal causante de las candidiasis orofaríngea y esofágica que son las infecciones que produce este hongo en la mucosa de la boca y del esófago.


Los factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de este tipo de infecciones son:

-Tratamientos farmacológicos: medicamentos utilizados en enfermedades oncológicas que pueden hacer disminuir las defensas (quimioterápicos y corticoides) u otros cuyo objetivo es producir inmunosupresión (como los fármacos utilizados para evitar el rechazo de órganos) o medicamentos que pueden hacer desaparecer las bacterias que normalmente tenemos en el tracto gastrointestinal (antibióticos, omeprazol).

-Patologías: VIH/SIDA (por disminución de las defensas), diabetes (por alteraciones en la inmunidad así como en la cantidad  y propiedades de la saliva), enfermedades hematológicas o cáncer de cabeza y cuello (el uso de radioterapia intensiva y quimioterapia puede alterar la mucosa).

-Deficiencias nutricionales: por alteraciones en las defensas del huésped y modificaciones en la mucosa.

-Neonatos y ancianos: los primeros pueden adquirir la infección durante el parto (en el caso de que la madre tenga una candidiasis vaginal) o durante el periodo de lactancia por el uso de tetinas contaminadas o por el contacto con la piel de los adultos. En el caso de los ancianos, esta infección suele venir asociada al uso de dentaduras postizas, ya que Candida se adhiere al material sintético de la dentadura y  hace que disminuya la producción de saliva.


-Tabaco: su consumo también se ha asociado con la aparición de este tipo de infecciones.

Los pacientes infectados pueden presentar las características placas blanquecinas o amarillentas sobre la mucosa de la boca (lengua, encías, paladar,...) junto con lesiones rojas, inflamadas  y dolorosas.

Ante cualquiera de estos síntomas nuestro consejo es acudir al médico para que diagnostique y evalúe la gravedad de las lesiones.

A partir de ahí, el médico podrá pautar tratamiento con antifúngicos que podrán ser para administración tópica (enjuagues y colutorios) u oral (comprimidos, cápsulas  o jarabes).

Algunas enfermedades o tratamientos (oncológicos, inmunosupresores,...) se asocian muy frecuentemente a infecciones fúngicas, por lo que el médico puede iniciar el tratamiento antifúngico de manera profiláctica para evitar que aparezca la infección.

Los pacientes pueden adoptar algunas medidas preventivas como una adecuada higiene bucal (sobre todo en el caso de usuarios de dentaduras postizas), dejar de fumar, nutrirse correctamente (con consumo de yogures o productos similares en el caso de tratamientos antibióticos de larga duración) o en el caso de pacientes diabéticos, realizar un control adecuado de los niveles de glucemia.

Es importante tratar este tipo de infecciones, ya que si empeoran pueden originar una infección más grave con distribución por todo el organismo (candidemia).

Esperamos que esta información os sea de utilidad.


Un saludo.

miércoles, 19 de marzo de 2014

¿Tomas bien tu tratamiento?

El pasado 15 de noviembre, con motivo del Día de la Adherencia e Información de Medicamentos promovido por la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y avalado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, invitamos a todos nuestros pacientes a contestar una sencilla encuesta sobre cómo toman sus medicamentos.

A continuación os hacemos un resumen de la misma.

La encuesta fue respondida por un total de 64 pacientes, 36 de ellos hombres, con una edad media de 51 años. Los pacientes tomaban una media de 3 medicamentos al día y la mayoría distribuidos en dos tomas diarias.

Merece la pena destacar que aspectos muy importantes para la adherencia, como no olvidar ninguna toma o tomar los medicamentos a las horas indicadas, fueron contestados correctamente por la mayoría de los encuestados. Así pues, el 95,3% (61) de los pacientes respondió no tener dificultad en seguir su tratamiento, sólo un 9,4% (6) refirió olvidar alguna toma y el 90,6% (58) respondió que tomaba sus medicamentos a las horas indicadas. 

Según su estado de salud, un 18,8% (12) y un 29,2% (19) de los pacientes contestó que dejaban de tomar su medicación cuando se encontraban bien o mal respectivamente. A este respecto, hemos de recordar que la medicación ha de administrarse siguiendo siempre las indicaciones médicas y que nunca debe dejar de tomarse según la percepción de uno mismo sobre su estado de salud. 

En cuanto a cómo toma sus medicamentos, el 79,4% (51) de los pacientes contestaron que los tomaban todos igual de bien. Los que contestaron lo contrario lo justificaron porque algún medicamento les sentaba mal o porque no lo consideran importante. En este sentido es importante tener en cuenta que todos los medicamentos prescritos son importantes, a pesar de que en ocasiones los efectos terapéuticos de algunos de ellos no sean evidentes a simple vista. Por ejemplo, existen patologías como la esclerosis múltiple, entre otras, en las cuales el tratamiento no se traduce en una mejoría clínica a corto plazo, sin embargo su papel es muy importante a largo plazo frenando la progresión de la enfermedad. Otro aspecto importante de la adherencia al tratamiento, es que está relacionada de forma directa con los resultados en salud, de manera que el incumplimiento conduce al fracaso del tratamiento y a una evolución desfavorable de la enfermedad.

Por último, de forma general, los pacientes encuestados presentaron una percepción alta de cómo se toman su medicación, con una valoración media de 9,1 en una escala de 0 a 10.

Agradecemos enormemente vuestra participación, encuestas como esta nos ayudan a conocer un poco mejor vuestras necesidades. 

Un saludo

sábado, 1 de marzo de 2014

XI Curso de Atención Farmacéutica al Paciente Trasplantado

La próxima semana celebraremos en nuestro hospital una nueva edición del Curso de Atención Farmacéutica al Paciente Trasplantado. Y ya van once... La verdad es que resulta muy gratificante comprobar cómo, después de tantos años, el curso sigue despertando interés y generando demanda para asistir al mismo. Sin duda compensa todo el esfuerzo que llevamos a cabo en nuestro servicio de farmacia para su organización. Ilusión, desde luego, no nos falta.

Como siempre, el curso se desarrollará de forma presencial de forma íntegra en nuestro hospital y tendrá lugar desde el martes 4 hasta el viernes 7 de marzo. Este año el curso se ha reducido a cuatro días, a pesar de lo cual hemos podido mantener prácticamente todo el contenido de los años anteriores. Puedes consultar el programa íntegro pulsando AQUÍ.

Iremos difundiendo a través de Twitter diversos contenidos y temas relacionados con el curso mediante la etiqueta #AFPT14. Puedes utilizar esta etiqueta tanto para seguir la información del curso como para participar con tus comentarios y aportaciones.

Nos espera una semana intensa...

Saludos.

jueves, 20 de febrero de 2014

Nuevos números del boletín "En Dosis Unitarias..." (nº 12 y 13)

Ya tenéis disponibles los números 12 y 13 de nuestro boletín “En Dosis Unitarias…”. 

A continuación os facilitamos el acceso a los mismos y os mostramos sus contenidos.

  • Los excipientes en los medicamentos
  • Medicamentos y lactancia materna

  • El efecto de los medicamentos en la conducción
  • ¿Cómo controlar la mucositis oral?

Para acceder a éstos y a los números anteriores podéis pinchar aquí.

Un saludo.

martes, 18 de febrero de 2014

¿Qué es el uso racional de medicamentos?

Este término se utiliza frecuentemente cuando oímos hablar de políticas sanitarias, pero ¿a qué se refiere específicamente?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como la situación en la que “los pacientes reciben la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un periodo de tiempo adecuado y  al menor coste posible para ellos y para la comunidad” (OMS, 1985).

La OMS calcula que más de la mitad de los medicamentos se prescriben, dispensan o venden de forma inapropiada y que la mitad de los pacientes no los toma correctamente.

Este uso incorrecto puede adoptar la forma de un uso excesivo, insuficiente o indebido de medicamentos de venta con o sin receta.


A continuación se describen algunos de los ejemplos que sobre uso “irracional” de los medicamentos describe la OMS:


-Polifarmacia: uso de demasiadas medicinas por paciente
-Uso inadecuado de antimicrobianos: a dosis incorrectas o con indicaciones inapropiadas (por ejemplo, para el tratamiento de patologías víricas)
-Prolongación innecesaria en el tiempo de las terapias parenterales cuando existe posibilidad de pasar a terapia oral
-Prescripciones no acordes a las directrices clínicas
-Automedicación



Las consecuencias de éstos son por todos conocidas: resistencias a los antibióticos, aparición de reacciones adversas a los medicamentos, falta de eficacia por infradosificación, aumento de los costes en medicamentos,etc…

El uso racional de los medicamentos es una labor de todos, profesionales sanitarios y pacientes. La formación y la información sobre medicamentos es una de las partes fundamentales que puede ayudar a los pacientes a utilizar correctamente su medicación.

Los farmacéuticos somos los profesionales que debemos garantizar el uso racional de los medicamentos. Desde nuestra UFPE os animamos a consultarnos todas aquellas dudas que tengáis sobre medicamentos.


Entre todos podemos hacer que el sistema sanitario sea más eficiente, haciendo que el uso adecuado de  los medicamentos los haga más efectivos y que no se asocie a costes innecesarios.

martes, 4 de febrero de 2014

Día mundial contra el cáncer 2014

El cáncer es una de las principales causas de muerte en España. Uno de cada tres varones y una de cada cuatro mujeres serán diagnosticados de cáncer a lo largo de su vida. Aproximadamente el 40% de los cánceres se pueden prevenir.
Desde el año 2000, cada 4 de febrero se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer, promovido por la Unión Internacional contra el Cáncer (UICC) con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el objetivo de aumentar la concienciación y movilizar a la sociedad para avanzar en la prevención y control de esta enfermedad.
Un año más, hoy día 4 de febrero de 2014, desde nuestra unidad queremos sumarnos a esta iniciativa con el fin último de aumentar la conciencia en la prevención del cáncer.
Un saludo

jueves, 30 de enero de 2014

La lepra no es una enfermedad del pasado

Recientemente tuvo lugar el día mundial contra la lepra, que nos recuerda que aún sigue existiendo. Cuando hablamos de lepra, lo más importante que hay que saber es que es una enfermedad curable y poco contagiosa, de diagnóstico fácil y que si se trata precozmente de manera efectiva se pueden evitar sus terribles secuelas, ya que ocasiona lesiones progresivas y permanentes en la piel, los nervios, las extremidades y los ojos, generando parálisis y discapacidades que son irreversibles.

Nos hemos acostumbrado a escuchar y utilizar la palabra lepra o leproso como sinónimo de algo negativo o malo y cuando deseamos expresar sentimientos de aislamiento y marginación. Esto ha hecho que se perpetúen los mitos y malentendidos relacionados con esta enfermedad así como el estigma y la discriminación hacia las personas que la padecen.

¿Sigue habiendo lepra hoy en día?

Desgraciadamente sí. Estamos en pleno siglo XXI y todavía existen personas afectadas por esta enfermedad en el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2012, se registraron 232.857 nuevos casos de lepra en todo el mundo, 58 % de ellos en India. En nuestro país se notificaron a lo largo de 2012, 9 nuevos casos de lepra, la mayoría importados aunque también hay algún caso autóctono y tiene una prevalencia de 56 casos en ese mismo año.

¿Qué es la lepra y cómo se transmite?

Lepra (del griego '' lepi'', que significa escamas de un pez) es una enfermedad crónica causada por la bacteria Mycobacterium leprae o Mycobacterium lepromatosis. También  se conoce con el nombre de enfermedad de Hansen debido al médico que descubrió su etiología. Puede afectar al ser humano a cualquier edad, sin predilección por sexos, y debido a la lenta multiplicación del microorganismo, con un periodo de incubación de entre 3-5 años, los síntomas pueden tardar en aparecer hasta 20 años.

 El contagio es de persona a persona por contacto directo y prolongado entre un enfermo no tratado con posibilidad de transmitir (no todos los que padecen lepra contagian) y una persona susceptible, es decir con una predisposición especial para enfermar. Las vías de transmisión incluyen principalmente las secreciones respiratorias y en menor medida las heridas de la piel. Estudios recientes también apuntan a la posibilidad de contagio por estar en contacto con armadillos o comer su carne.

¿A qué afecta?

Principalmente existen dos tipos de lepra:
·  lepra tuberculoide se manifiesta por manchas en la piel con bordes bien definidos, o más frecuentemente placas. Tienen una superficie seca, con textura irregular y de color rosado o cobrizo. Los enfermos padecen alopecia y/o pérdida progresiva de la sensibilidad al tacto, la temperatura y el dolor. Se pueden observar nervios periféricos inflamados en las cercanías de la lesión. La OMS la engloba, junto con otras formas de lepra, en la categoría de lepra paucibacilar.
·      lepra lepromatosa se manifiesta por manchas que se extienden por todo el cuerpo, de color brillante y con bordes poco definidos. Inicialmente no produce alteraciones de la sensibilidad, aunque en un grado avanzado provoca la amputación espontánea de los miembros distales: dedos de las manos y de los pies y, en el rostro: cejas, pestañas, nariz y orejas, constituyendo la facies leonina (cara leonina). La OMS la engloba en la categoría de lepra multibacilar.

¿Cómo se trata?

Desde los años 80 se aplica un tratamiento que consiste en la combinación de tres fármacos: dapsona, rifampicina y clofazimina con muy buen resultado. En caso de intolerancia a la clofazimina, se recomienda un régimen alternativo con dapsona, rifampicina y etionamida o protionamida. La duración del tratamiento es larga, y oscila entre al menos 6 meses para la forma paucibacilar y al menos 2 años para la forma multibacilar. La tasa de recaída suele ser muy baja aunque últimamente se ha incrementado. Esto puede deberse a varias causas: reinfección (poco probable), inadecuada duración del tratamiento o mala adherencia al mismo.

¿Qué es Fontilles?

Es una asociación sin ánimo de lucro, fundada en 1902 con el objetivo de proporcionar una atención integral a los enfermos de lepra, procurando su curación, recuperación y reinserción en la sociedad. En 1909 abrió el sanatorio San Francisco de Borja, situado en la Vall de Laguar (Alicante), que ha tenido un importante papel en la erradicación de la lepra en España y que con los años ha ido reconvirtiendo su actividad, siendo en la actualidad una referencia ineludible en la lucha contra la enfermedad a nivel mundial. También se ocupa de las personas o grupos sociales que padecen otras enfermedades ligadas a la pobreza y de quienes sufren cualquier marginación social debida a la lepra o a otro tipo de discapacidad física o enfermedad dermatológica que pueda afectar a su calidad de vida. Os dejamos su página web por si os interesa: http://www.fontilles.org/

Un saludo

lunes, 27 de enero de 2014

¿Puedo beber alcohol si estoy tomando medicamentos?


El alcohol etílico, etanol o alcohol propiamente dicho es una de las sustancias psicoactivas más consumidas en el mundo industrializado; es fundamentalmente un depresor de la transmisión nerviosa en el sistema nervisoso central, que a dosis moderadas actúa como ansiolítico y a dosis excesivas predominan las alteraciones del rendimiento psicomotor.

En función de cómo sea la ingesta, así será su efecto. Beber esporádicamente alcohol inhibe el metabolismo hepático de algunos fármacos, es decir, cambia el modo en que el hígado procesa y elimina esos medicamentos. Al disminuir su metabolismo, aumenta su actividad. En cambio, la ingesta regular de elevadas cantidades de alcohol aumenta el metabolismo de los medicamentos y reduce su efectividad.

A los pacientes que reciben una terapia medicamentosa, generalmente se les recomienda no ingerir alcohol, ya sea por la reducción de la eficacia de la medicación o  los efectos adversos potenciales que pueden ocurrir.  

A continuación describimos algunas de la interacciones más frecuentes:

- Paracetamol: el alcohol aumenta la actividad enzimática del hígado y, en el caso del paracetamol, este incremento de su metabolismo se traduce en la aparición de un metabolito (una sustancia producto de la transformación que sufre el fármaco en el hígado). Este metabolito (N-acetil-benzoquinoneimina) es un importante tóxico para el propio hígado.
El consumo de paracetamol debe realizarse de forma cuidadosa en todas las ocasiones, se recomienda no superar la ingesta de 4 g de paracetamol al día. Sin embargo, el consumo de alcohol puede provocar que la cantidad diaria de paracetamol necesaria para producir un problema de toxicidad hepática, resulte menor. En los bebedores crónicos se incrementa el riesgo de sufrir daño hepático con dosis moderadas de paracetamol. 

- Antiinflamatorios: tanto los antiinflamatorios no esteroideos (por ejemplo, el ácido acetilsalicílico, ibuprofeno...) como los esteroideos (prednisona, etc.) sumados al alcohol son gastrolesivos, es decir, producen pequeñas lesiones en la mucosa gástrica que provocan epigastralgia (dolor de estómago), pirosis (sensación de quemazón a nivel retroesternal causada por el reflujo del contenido gástrico hacia el esófago) e incluso, en casos de ingestión crónica, la aparición de úlceras y hemorragias digestivas (principal complicación de la úlcera gástrica o duodenal).

- Anticoagulantes orales: el consumo de alcohol de forma aguda, aun en cantidades moderadas, potencia la acción de anticoagulantes cumarínicos, como el acenocumarol, pudiendo derivar en la aparición de hemorragias. Sin embargo, la ingesta crónica de alcohol disminuye la efectividad del anticoagulante. La recomendación en los pacientes anticoagulados es evitar el consumo  de alcohol.

- Antiepilépticos: en las personas que consumen alcohol de forma prolongada se puede acelerar el metabolismo del antiepiléptico disminuyendo su acción anticonvulsivante (ej: fenitoína).

- Inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO): constituyen una categoría terapéutica a la que pertenece cierto grupo de fármacos antidepresivos (ej: fenelzina, selegilina...) que actúan bloqueando la acción de la enzima monoaminooxidasa. Los pacientes en tratamiento con un IMAO pueden presentar una reacción hipertensiva cuando consumen bebidas alcohólicas debido a su contenido en tiramina (monoamina neutralizada por la monoaminooxidasa del cuerpo). Se recomienda evitar el consumo de bebidas alcohólicas, bebidas de bajo contenido alcohólico, e incluso cervezas libres de alcohol debido al contenido de tiramina.

- Disulfiram o agentes tipo disulfiram: la ingesta de alcohol precipita la aparición de una serie de síntomas tales como rubor facial (cara coloreada), dolor de cabeza, hipotensión, palpitaciones, taquicardia, náuseas y vómitos, que comienzan entre 10 y 15 minutos tras la ingesta de alcohol y dura varias horas. Se conoce como reacción disulfiram. 
Esta reacción ocurre con medicamentos como metronidazol, algunas cefalosporinas (antibiótico del grupo de los beta-lactámicos), furazolidona, griseofulvina, ketoconazol y clorpropamida. Los pacientes deberían abstenerse de tomar alcohol mientras estén utilizando estos medicamentos  e incluso hasta 72 horas después de finalizar el tratamiento (en pacientes con insuficiencia renal una semana).

- Depresores del sistema nervioso central: el alcohol potencia los efectos de todos aquellos fármacos que actúan a nivel cerebral tales como hipnóticos, ansiolíticos, analgésicos opioides, antidepresivos, antipsicóticos, anticonvulsivantes, anti-histamínicos... La interacción dependerá de la dosis del medicamento y del consumo de alcohol. Los pacientes deben tener en cuenta estas posibles interacciones y cómo podría afectarles (ej. somnolencia, falta de concentración, pérdida de reflejos, disminución de habilidades para determinadas tareas...) 
En alcohólicos crónicos, el metabolismo de muchos medicamentos, sobre todo los barbitúricos, puede estar acelerado y dar lugar a fenómenos de tolerancia.

- Antituberculosos: el metabolismo de la isoniazida aumenta con la ingesta crónica de alcohol, disminuyendo su eficacia.

- Antidepresivos tricíclicos (ej: imipramina, amitriptilina): el aumento de la sedación, la inhibición de la motilidad intestinal y los cambios en el contenido graso del hígado son la consecuencia de esta interacción. La habilidad para manejar máquinas puede estar disminuida. Los pacientes pueden mostrar desorden  de conducta inusual, especialmente en los primeros días de tratamiento.  

- Hipoglucemiantes orales: la ingestión aguda de alcohol  puede potenciar la hipoglucemia producida por estos medicamentos. En general los pacientes diabéticos no deben consumir alcohol o hacerlo de manera moderada. Deben tener en cuenta además el valor calórico del alcohol en sus dietas. El consumo agudo de alcohol en los pacientes que utilizan metformina incrementa el riesgo de acidosis láctica. En los pacientes alcohólicos, hay una reducción de la vida media del hipoglucemiante y por lo tanto una disminución de su acción. La clorpropamida es capaz de provocar una reacción disulfiram cuando se ingiere con alcohol.

En definitiva, el alcohol siempre debe consumirse de forma moderada y cuidadosa, pero de forma especial si toma medicamentos. Estamos a vuestra disposición para cualquier consulta.

Un saludo