Omeprazol es uno de los fármacos más vendidos en nuestro país. Pertenece a
la familia de los inhibidores de la bomba de protones (IBP) y su acción
principal es la reducción pronunciada y duradera de la producción de ácido en
el estómago.
Tras su comercialización en los años 90 los fármacos IBP se han convertido
en los medicamentos de referencia para el tratamiento de la ulcera péptica y el
reflujo gastroesofágico. Entre sus indicaciones se encuentra también la
profilaxis de lesiones gastrointestinales provocados por los antiinflamatorios
no esteroideos (conocidos como AINES), el tratamiento del síndrome de
Zollinger–Ellison, y la úlcera gastrointestinal asociada al Helicobacter
pylori.
Sin embargo, durante estos años también han surgido muchos mitos en cuanto
a los efectos secundarios de la utilización de omeprazol. Algunas veces incluso
con titulares en periódicos tan llamativos como “Tenga cuidado con el ‘omeprazol’ el protector gástrico que
destruye la salud”. Antes de hablar de los efectos secundarios reales del fármaco es necesario
aclarar que ningún medicamento está exento de riesgo. Incluso aquellos que no
precisan receta para su dispensación en la farmacia o los complementos
alimenticios que se venden en parafarmacias tienen descritos efectos
secundarios.
En general, se puede decir que este medicamento es seguro, bien tolerado y
la mayor parte de sus reacciones adversas son poco frecuentes, leves y
reversibles. Dentro de los riesgos de este grupo de fármacos hay que diferenciar
los efectos adversos a corto plazo que suelen ser leves y reversibles cuando se
suspenden, como son diarrea, dolor abdominal, nauseas,
estreñimiento, otras veces también puede aparecer cefalea y
alteraciones en la piel. De manera excepcional puede darse un shock
anafiláctico, que es una reacción grave e imprevisible por alergia al producto
y requiere atención médica urgente. Además, es necesario recordar que como el
resto de medicamentos omeprazol puede interaccionar con otros fármacos y hacer
que éstos se absorban en menor proporción y hagan menos efecto.
En la siguiente tabla se recogen algunos consejos:
Efectos
secundarios más comunes
(afectan a
menos de 1 persona de cada 10)
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¿Qué puedo
hacer si me ocurre?
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Dolor de
estómago
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Realizar
comidas sencillas, evitar alimentos condimentados o picantes
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Diarrea
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Beber
mucha agua. Si se prolonga o se agudiza informe a su médico
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Estreñimiento
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Trate de
comer una dieta equilibrada y beber mucha agua
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Dolor de
cabeza
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Consulte
con su farmacéutico el analgésico apropiado
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También se han descrito efectos a largo plazo en tratamientos superiores a un año de duración y con dosis altas como la disminución en la absorción de algunos nutrientes (calcio, magnesio o vitamina B12). Éste es un problema conocido y controlado por los médicos en aquellos pacientes que precisan tomar IBP durante largos periodos de tiempo.
Por otro lado, omeprazol y el resto de fármacos IBP se han convertido para algunas personas en el remedio para todo. Por ejemplo, cuando alguien se va a tomar un comprimido de lo que sea es muy frecuente escuchar "¿te has tomado antes el protector?". El omeprazol y el resto de IBP se deben tomar solo cuando el médico se lo prescriba y no como normal general. De hecho, la gran mayoría de fármacos no dañan el estómago y por lo tanto no haría falta ningún protector.
En cualquier caso, su médico le indicará la necesidad o no de tomar IBP a
largo plazo en función de su problema de salud; consulte con su médico o farmacéutico
si le surgen dudas.