La semana pasada tuve la ocasión de asistir al 17 Congreso Nacional de Hospitales que se celebró en Madrid. Aunque fue una visita relámpago, pude asistir a una interesante mesa redonda titulada "Resultados en salud y gestión farmacéutica en tiempos de crisis" en la que se plantearon interesantes ponencias relacionadas con el uso racional de los medicamentos y con qué tipos de medidas se pueden adoptar para mantener las actuales prestaciones en un momento en el que no hay dinero para casi nada. Otro día comentaré otros aspectos que se tocaron, pero hoy quería hacer una reflexión al hilo de la ponencia del director gerente del hospital universitario Ramón y Cajal, en la que hizo especial hincapié en el papel que los farmacéuticos hospitalarios podemos jugar en este contexto. La verdad es que me resultó muy gratificante escuchar en boca de un gerente que el farmacéutico de hospital, integrado en el equipo asistencial, es una figura clave en la selección de medicamentos, en su distribución y administración, en el seguimiento de los pacientes y en la medición de los resultados de la utilización de medicamentos. Y, por la parte que me toca, destacar sus comentarios acerca de cómo a lo largo de los años ha ido adquiriendo más protagonismo a la atención farmacéutica a pacientes externos. De hecho, tal como comentó, en muchos hospitales el coste de la dispensación a pacientes externos supera con creces el de los pacientes ingresados y parece, por tanto, que se trata de un área que se debe potenciar al menos desde el punto de vista de contención de costes. Una buena gestión de existencias y de las dispensaciones, así como el seguimiento farmacoterapéutico de los pacientes, con toda probabilidad se traduciría en un uso más racional de los recursos y por tanto contribuiría a una utilización más eficiente (además del beneficio terapéutico de los pacientes).
Hoy, sin embargo, me planteo la siguiente pregunta: ¿Y cómo lo hacemos?. Y me la planteo después de una jornada intensa en la que hemos atendido a unos 180 pacientes y hemos realizado cerca de 400 dispensaciones. Y me la planteo después de ver cómo hemos pasado en un año de atender a algo más de 5.000 pacientes a unos 8.000 pacientes durante el último año sin apenas incremento de recursos. Si nuestros directivos realmente creen que podemos contribuir a racionalizar la utilización de los medicamentos es imprescindible que se aborde de forma decidida la problemática de las unidades de Atención Farmacéutica a Pacientes Externos. Tanto en recursos materiales como humanos. No sé si es responsabilidad de las administraciones sanitarias o de los gerentes de los hospitales, pero si seguimos en estas condiciones no pasaremos de ser meros dispensadores y los pacientes no entenderán por qué les hacemos acudir a los hospitales, con desplazamientos innecesarios y tiempos de espera inadmisibles, simplemente a recoger sus medicamentos.
Un saludo
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