Como ya hemos visto en entradas
anteriores del blog, la mayor parte de los fármacos para el cáncer (antineoplásicos)
aparte de ejercer su efecto, también actúan sobre algunas células sanas del
organismo. Este daño colateral es mayoritario en células con mucha renovación
como las células del intestino, las de la sangre o algunos tipos de células de
la piel. Esto conlleva la aparición de una serie de efectos secundarios, entre los que destacarían: pérdida de
células de la sangre (mielosupresión), inflamación de las mucosas del tracto
gastrointestinal (mucositis), náuseas, vómitos y pérdida del cabello (alopecia).
Esta última consecuencia es una de las mayores preocupaciones de los pacientes
oncológicos a la hora de tomar antineoplásicos. Hoy vamos a conocer porqué se
produce.
De manera general, podemos
decir que un gran número de medicamentos puede interferir en el desarrollo
cíclico del cabello y dar lugar a su caída. El
grado de alopecia está relacionado con la naturaleza del fármaco y la
predisposición individual, afectando por igual a hombres y mujeres.
¿Cómo se produce?
En el caso de
antineoplásicos orales, debemos conocer en primer lugar una serie de conceptos
sobre el desarrollo del cabello. En condiciones normales, el 90% de los
pelos están en fase de crecimiento activo (conocido como fase anagén), mientras
que el resto se mantienen en reposo (fase telogén).
La alopecia inducida por antineoplásicos
se debe sobre todo a la inhibición de la multiplicación del pelo en fase anagén,
ya que al estar en un estado de división son más sensibles. La consecuencia
puede ser que se empiece a producir un pelo más débil, que se rompa con el
peinado o incluso con el roce de la almohada, o que se produzca un fallo
completo en su formación. Como solo se afecta el pelo en fase anagén, se trata
de una alopecia difusa e incompleta. Sin embargo, en estos pacientes hay
circunstancias añadidas como el estrés, procesos febriles y otras enfermedades
sistémicas o situaciones hormonales que podrían hacer perder el pelo maduro que
está en fase telogén y por tanto aumentar la alopecia incompleta de la
quimioterapia llegando a producir una alopecia total.
Hasta ahora hemos hablado del
cabello, per el resto de pelo corporal (cejas, pestañas, barba, pelo púbico o
axilar) se afecta con diferente intensidad dependiendo de su tasa de
crecimiento y el porcentaje de pelos en fase anagén. Dado que en estas zonas el
porcentaje de pelos en esta fase es menor, la alopecia no suele ser completa.
¿Cuándo se produce?
La alopecia se inicia entre la
primera y segunda semana del inicio de la quimioterapia haciéndose más evidente
en el primer y segundo mes. Es dependiente de la dosis y de la vida media del
fármaco (tiempo que pasa el fármaco en el organismo), los tiempos de infusión
prolongados y que el tratamiento se componga de más de una especialidad.
Se trata de un fenómeno
reversible, por tanto al finalizar la quimioterapia el pelo vuelve a crecer
unos dos meses tras finalizar el tratamiento, aunque suele ser diferente tanto
en su textura como en el tono.
¿Qué medicamentos la causan?
Algunos de los antineoplásicos
orales que incluyen la alopecia entre sus posibles reacciones adversas son:
- Temozolamida
- Vinorelbina
- Sunitinib
- Dasatinib
- Sorafenib
- Bexaroteno
- Pazopanib
- Melfalan
- Trifluridina
- Vismodegib
- Palbociclib
- Dabrafenib
- Ribociclib
¿Qué se puede hacer
para tratarla o prevenirla?
En cuanto al manejo, no hay un
tratamiento específico para la alopecia inducida por fármacos. Se están probando diferentes tipos
de tratamientos para prevenir la alopecia, algunos de estos tienen una
actividad positiva limitada a determinados agentes quimioterápicos, pero hasta
el momento solo se han experimentado en modelos animales.
Por otro lado, el minoxidil
tópico parece ser el tratamiento más efectivo para reducir la severidad y
acortar la duración de la alopecia pero no logra prevenir completamente la
pérdida del cabello. Por otra parte, no se
recomienda asociar minoxidil con antineoplásicos orales hasta 4 meses post
tratamiento por el riesgo que conlleva asociar cualquier tratamiento a los
antineoplásicos orales y por la ausencia de evidencia sobre la eficacia de
minoxidil sobre este tipo de alopecia.
Con todo esto, podemos concluir que la alopecia
es una de las reacciones adversas de la quimioterapia oral que más preocupa a
los pacientes pero suele ser moderada y desaparecer tras suspenderse el
tratamiento. Algunas de las medidas recomendadas son la información previa, el
apoyo psicológico, la no utilización de tintes ni secadores, y evitar la
exposición solar.
Alejandra Ferrada
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