Cuando un paciente comienza un tratamiento tiene puestas todas sus esperanzas en la curación o mejoría de su enfermedad.
La eficacia de los medicamentos que se ponen en el mercado es fundamental, pero por muy buenos resultados que se hayan obtenido en las fases de investigación, nada se consigue si el paciente no toma correctamente la medicación prescrita.
La adherencia del paciente al tratamiento farmacológico se puede definir como el grado en el que el comportamiento del paciente coincide con las recomendaciones acordadas entre el profesional sanitario y el paciente. Por tanto, tiene en cuenta tanto la participación activa del paciente como la responsabilidad del médico para crear un clima de diálogo que facilite la toma de decisiones compartidas.
La no adherencia al tratamiento farmacológico puede tener graves consecuencias, ya que, además de la falta de efecto del medicamento (fracaso terapéutico), en algunos casos puede originar la aparición de resistencias al tratamiento o incluso, si no es conocida por el médico, el ajuste incorrecto de las dosis, con el consecuente riesgo de intoxicación.
Las causas de la falta de adherencia son diversas. Algunas son consecuencia de actos involuntarios como olvidos o confusión, pero también hay ocasiones en las que el paciente puede dejar de tomar la medicación voluntariamente por temor a reacciones adversas, percepción de ausencia de mejoría o de curación sin haber finalizado el tratamiento, creencia de que la medicación es innecesaria o excesiva, aparición de deterioro cognitivo o depresión, dificultades para acceder a la asistencia sanitaria, coste de la medicación, etc,…
A todas estas causas se puede añadir el grado de dependencia del paciente. De hecho se ha visto que la falta de adherencia al tratamiento prescrito puede llegar a un 75% en pacientes pluripatológicos dependientes que necesitan un cuidador, frente al 39% en aquellos que no lo necesitan.
Para poder solucionar este problema es importante que los pacientes se impliquen activamente en su tratamiento, entendiendo los posibles riesgos y beneficios de las alternativas disponibles y comentando con su médico y/o farmacéutico lo que esperan del mismo, así como sus inquietudes acerca de los efectos adversos.
Desde nuestra UFPE y en colaboración con el médico prescriptor, podemos ayudar a nuestros pacientes a conseguir y mantener una buena adherencia al tratamiento, minimizando en lo posible la cantidad de medicación a tomar, explicando cómo incorporar la toma de la medicación a la rutina diaria, informando acerca de las alternativas terapéuticas que se disponen en función de los efectos adversos, aconsejando qué hacer en caso de aparición de los mismos, etc…
Con todo esto queremos animaros a que os involucréis responsablemente en la toma de vuestra medicación ya que son muchas las consecuencias sanitarias y económicas que se derivan de ella.
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