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martes, 29 de marzo de 2022

Fibrosis quística: Farmacoterapia moduladora.

La farmacoterapia forma parte del día a día de los profesionales sanitarios y de las personas a las que éstos atienden, pues abarca todos los tratamientos a base de medicamentos que se usan para prevenir y tratar una enfermedad. En nuestro último post estuvimos hablando de la fibrosis quística (FQ) y, como lo prometido es deuda, hoy hablaremos sobre aquellas terapias dirigidas a corregir el defecto genético que caracteriza esta enfermedad: los moduladores del "Regulador de conductancia transmembrana" (CFTR).

La mutación del gen que codifica a esta proteína puede manifestarse de diferentes maneras a nivel molecular: disminuir la producción de la proteína CFTR, dificultar su llegada al lugar de acción, alterar su funcionamiento o disminuir su vida media. 

A día de hoy disponemos de dos tipos de mecanismos de acción dentro de los moduladores de la CFTR:

  • Correctores de la CFTR: son los responsables de facilitar el transporte de la proteína hasta la membrana celular. Dentro de éstos podemos encontrar a las moléculas conocidas como lumacaftor, tezacaftor y elexacaftor.
  • Potenciadores de la CFTR: son los encargados de mejorar la función de la proteína en la superficie celular. Dentro de éstos podemos encontrar a la molécula conocida como ivacaftor.

En el catálogo de medicamentos comercializados a día de hoy encontramos dos tipos:
  • Aquellos que combinan uno o más correctores de la CFTR con un potenciador. Los nombres comerciales son: Orkambi® (lumacaftor/ivacaftor), Symkevi® (tezacaftor/ivacaftor) y Kaftrio® (tezacaftor/elexacaftor/ivacaftor).
  • Aquel que contiene un potenciador. El nombre comercial es: Kalydeco® (ivacaftor).

Todos ellos han demostrado seguridad y eficacia en ensayos clínicos y en la práctica clínica diaria. Aun así, su uso está condicionado tanto por la edad de la persona como por el tipo de mutación que sufra. Además (y éste es un aspecto que ha ido acompañado de cierta polémica) el coste de esta terapia ha provocado en todos los casos un retraso en la incorporación de estos tratamientos a la oferta del Sistema Nacional de Salud (SNS), hasta que se ha alcanzado un acuerdo en las condiciones de financiación y de prescripción.

El último en incluirse en la oferta del SNS es el conocido como Kaftrio®, que es la combinación de tres moléculas: elexacaftor, tezacaftor e ivacaftor. Kaftrio® está indicado, en combinación con Kalydeco®, en pacientes mayores de 6 años y con al menos una mutación F508del, que provoca la eliminación de un aminoácido en la proteína CFTR sintetizada y el consecuente bloqueo de la llegada de dicha proteína a la membrana celular.

Los ensayos clínicos han mostrado resultados esperanzadores, disminuyendo el deterioro y las complicaciones relacionadas con la enfermedad que precisaban de tratamientos complementarios. Como consecuencia se observó una mejora de la función pulmonar y de la calidad de vida de los pacientes en tratamiento.

La mutación F508del es la más común en nuestro medio, de ahí que la autorización de comercialización en España se haya esperado con tanto interés.

Sin embargo, hay que ser cautelosos, pues los resultados de los ensayos ofrecen información a corto plazo, lo cual mantiene la lupa en la evolución de los pacientes en tratamiento con este medicamento, ya que serán los resultados sobre el desarrollo de la enfermedad y la sintomatología asociada los que dictaminen la vida útil de esta terapia moduladora.

Y con esto damos por finalizado este pequeño capítulo sobre la FQ. Esperamos que haya servido para arrojar algo de luz sobre la enfermedad y su farmacoterapia. En cualquier caso, y como se suele decir, si tiene cualquier tipo de duda relacionada con la enfermedad o su tratamiento, consulte con su médic@ y/o farmacéutic@.

Un saludo de su farmacéutico de confianza.

Eduardo GH

Twitter: @Eduardogh90m

martes, 22 de marzo de 2022

Enfermedades raras: Fibrosis Quística


La fibrosis quística (FQ) es una patología que últimamente ha ido protagonizando distintos titulares de la prensa escrita y audiovisual en relación a la financiación de determinados tratamientos, pero aún sigue siendo una gran desconocida para parte de la población. 
La FQ es una enfermedad autosómica, crónica y progresiva. Esto quiere decir que es hereditaria, se nace con ella y va empeorando con el paso del tiempo. Tiene una prevalencia estimada de 1 persona por cada 5.000 individuos vivos y aunque a mediados del siglo XX la esperanza de vida de quien la padecía era desesperanzadora, actualmente ésta ha aumentado mucho gracias a las mejoras en la terapéutica disponible. Aun así, en algunos casos la calidad de vida de quien padece FQ se ve bastante afectada, sufriendo en bastantes casos ingresos hospitalarios frecuentes para recibir tratamientos más intensivos.

Esta enfermedad tiene su origen en un defecto genético (una variación o mutación en un gen) que provoca la síntesis anómala de una proteína reguladora, la conocida como “Regulador de conductancia transmembrana” (CFTR), lo cual provoca un desajuste en el transporte de electrolitos y agua a través de la membrana celular de las distintas mucosas. Como consecuencia de esto, la viscosidad de las secreciones aumenta, favoreciendo las infecciones a nivel respiratorio así como alteraciones gastrointestinales y nutricionales. Además, en determinadas circunstancias esta mutación puede desembocar también en insuficiencia pancreática. La gravedad de la enfermedad depende del tipo de mutación que sufra la persona, aunque no existe una correlación clara. 



El manejo de la enfermedad, hasta hace relativamente poco, se fundamentaba únicamente en el control de los síntomas que sufría el paciente (tratamiento de las infecciones, rehabilitación respiratoria, tratamiento de enfermedades asociadas como la diabetes, déficit nutricional…), llegando en algunos casos a requerir de trasplante pulmonar cuando el deterioro de la función pulmonar era ya irreversible.

Sin embargo, en la última década se han desarrollado fármacos que actúan a nivel de la proteína reguladora que hemos mencionado antes, la CFTR, y que están permitiendo a las personas con FQ ver mejorada su calidad de vida, disminuyéndose las complicaciones asociadas a dicha enfermedad. 

Nos parecía importante contextualizar un poco de manera general todo lo que rodea a la FQ. De esta manera se entenderán un poco mejor las ventajas que suponen las terapias orientadas a corregir la mutación sobre la CFTR y las expectativas que se tienen puestas en las moléculas comercializadas hasta la fecha y que comentaremos en entradas posteriores. Nos leemos la semana que viene. 

Eduardo GH
Twitter: @Eduardogh90m