Sin embargo, aunque los nuevos agentes tienen un mejor perfil de toxicidad, sigue habiendo reacciones adversas que pueden surgir. Por lo tanto, es muy importante, ya sean antineoplásicos tradicionales o nuevos, conocer qué problemas pueden surgir y cómo se debe actuar. Hoy nos vamos a centrar en la neuropatía periférica.
¿Qué es la neuropatía periférica?
Nuestro cuerpo está lleno de nervios encargados de llevar la información de nuestro sistema nervioso (cerebro y médula espinal) hasta cualquier parte del organismo y viceversa. La neuropatía periférica aparece ante cualquier problema que afecte a estos nervios.
Puede estar causada por multitud de situaciones:
- Diabetes (la más frecuente)
- Trastornos autoinmunes como la artritis reumatoidea o el lupus
- Enfermedad renal crónica
- Infecciones como VIH/SIDA o hepatitis C
- Intoxicación por pegamento o metales pesados como el plomo
- Consumo excesivo y prolongado de alcohol
- Tratamiento con determinados fármacos para tratar la epilepsia, infecciones, hipertensión o el cáncer
Los síntomas que se producen dependen de qué nervio está dañado y de su extensión. En lo que respecta a la reacción adversa provocada por la administración de antineoplásicos, el síntoma más frecuente es el dolor y entumecimiento de los miembros superiores e inferiores.
Se trata de un hormigueo o ardor que cursa con pérdida de sensibilidad en brazos y piernas que suele comenzar en los dedos de los pies y de las manos y va ascendiendo de manera gradual. También se puede dar más como un pinchazo o un dolor ardiente, o como una mayor sensibilidad a las temperaturas extremas. En cualquier caso, puede incluir además un dolor punzante y agudo que complica al paciente la realización de tareas diarias como abotonarse la camisa, separar monedas en un bolso o caminar.
Además de la molestia que ocasiona, puede llegar a ser peligroso ya que al tener la sensibilidad reducida, la persona puede pincharse con algún objeto o tocar una superficie demasiado caliente y no darse cuenta, con el consiguiente daño que se produce.
Es una de las razones más comunes por la que los pacientes abandonan su tratamiento para el cáncer prematuramente.
Como se ha comentado al principio, aunque es producida de manera más frecuente y grave por la quimioterapia tradicional, también puede aparecer con los nuevos agentes dirigidos. Podemos destacar los siguientes medicamentos:
- Compuestos de platino (cisplatino, carboplatino, oxaliplatino)
- Vincristina
- Taxanos (docetaxel, paclitaxel)
- Bortezomib
- Talidomida
- Lenalidomida
- Fluorouracilo
- Capecitabina
- Trifluridina
- Imatinib
- Dasatinib
- Nilotinib
¿Hay algún tratamiento?
De momento, no existe ninguna manera de predecir qué paciente lo va a padecer y en qué grado antes de recibir el tratamiento antineoplásico. Este hecho repercute en la importancia de informar debidamente al paciente para que sepa reconocer el problema y comunicarlo a sus profesionales sanitarios.
A día de hoy no existe ningún tratamiento farmacológico que haya demostrado paliar la neuropatía periférica. Es por ello que la práctica más común consiste en reducir la dosis del antineoplásico o suspenderlo temporalmente hasta que la neuropatía desaparezca o sea tolerable.
En definitiva, ningún fármaco está exento de reacciones adversas por muy nuevo y efectivo que sea. Siempre es importante conocer qué problemas pueden surgir y comunicar su aparición. La neuropatía periférica es una de las reacciones adversas más comunes de los antineoplásicos. Aunque en un principio no sea muy grave, puede ocasionar una importante pérdida de calidad de vida para el paciente por lo que se debe tener en cuenta y actuar en consecuencia.
Cuídense!
María Torres
Pablo Pérez
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