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miércoles, 26 de marzo de 2014

Candidiasis orofaríngea

El ser humano puede sufrir infecciones causadas por virus, hongos o bacterias. Algunas especies de hongos y bacterias las podemos encontrar de forma habitual en nuestro organismo siendo incluso beneficiosas para la salud. El problema viene cuando nuestro organismo no es capaz de "mantenerlas  a raya" y es entonces cuando se producen las infecciones.


Candida albicans es un hongo que se encuentra de forma habitual en nuestro tracto gastrointestinal. Es el principal causante de las candidiasis orofaríngea y esofágica que son las infecciones que produce este hongo en la mucosa de la boca y del esófago.


Los factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de este tipo de infecciones son:

-Tratamientos farmacológicos: medicamentos utilizados en enfermedades oncológicas que pueden hacer disminuir las defensas (quimioterápicos y corticoides) u otros cuyo objetivo es producir inmunosupresión (como los fármacos utilizados para evitar el rechazo de órganos) o medicamentos que pueden hacer desaparecer las bacterias que normalmente tenemos en el tracto gastrointestinal (antibióticos, omeprazol).

-Patologías: VIH/SIDA (por disminución de las defensas), diabetes (por alteraciones en la inmunidad así como en la cantidad  y propiedades de la saliva), enfermedades hematológicas o cáncer de cabeza y cuello (el uso de radioterapia intensiva y quimioterapia puede alterar la mucosa).

-Deficiencias nutricionales: por alteraciones en las defensas del huésped y modificaciones en la mucosa.

-Neonatos y ancianos: los primeros pueden adquirir la infección durante el parto (en el caso de que la madre tenga una candidiasis vaginal) o durante el periodo de lactancia por el uso de tetinas contaminadas o por el contacto con la piel de los adultos. En el caso de los ancianos, esta infección suele venir asociada al uso de dentaduras postizas, ya que Candida se adhiere al material sintético de la dentadura y  hace que disminuya la producción de saliva.


-Tabaco: su consumo también se ha asociado con la aparición de este tipo de infecciones.

Los pacientes infectados pueden presentar las características placas blanquecinas o amarillentas sobre la mucosa de la boca (lengua, encías, paladar,...) junto con lesiones rojas, inflamadas  y dolorosas.

Ante cualquiera de estos síntomas nuestro consejo es acudir al médico para que diagnostique y evalúe la gravedad de las lesiones.

A partir de ahí, el médico podrá pautar tratamiento con antifúngicos que podrán ser para administración tópica (enjuagues y colutorios) u oral (comprimidos, cápsulas  o jarabes).

Algunas enfermedades o tratamientos (oncológicos, inmunosupresores,...) se asocian muy frecuentemente a infecciones fúngicas, por lo que el médico puede iniciar el tratamiento antifúngico de manera profiláctica para evitar que aparezca la infección.

Los pacientes pueden adoptar algunas medidas preventivas como una adecuada higiene bucal (sobre todo en el caso de usuarios de dentaduras postizas), dejar de fumar, nutrirse correctamente (con consumo de yogures o productos similares en el caso de tratamientos antibióticos de larga duración) o en el caso de pacientes diabéticos, realizar un control adecuado de los niveles de glucemia.

Es importante tratar este tipo de infecciones, ya que si empeoran pueden originar una infección más grave con distribución por todo el organismo (candidemia).

Esperamos que esta información os sea de utilidad.


Un saludo.

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