miércoles, 22 de octubre de 2014

Síndrome de ojo seco


Las  lágrimas son  un componente fundamental de la estructura ocular, cuya función es lubricar los ojos y eliminar partículas y cuerpos extraños. Son producidas principalmente por las glándulas lagrimales situadas en las esquinas externas de los párpados y son drenadas en los sacos lagrimales situados en las esquinas internas de los ojos. Su composición es fundamentalmente acuosa, pero también contiene lípidos y azucares.

El síndrome de ojo seco o Xeroftalmia es una alteración de la superficie de la córnea y  de la conjuntiva que se produce por falta de lágrima o por mala calidad de la misma.
Los síntomas pueden abarcar irritación, escozor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño, pesadez de párpados, visión borrosa o sensibilidad a la luz.

Las causas más comunes de este síndrome son:
  •   Disminución de la secreción debida a la edad.
  •   Cambios hormonales en las mujeres (embarazo, uso de anticonceptivos orales y menopausia).
  •   Factores ambientales: viento, aires acondicionados, calefacciones…
  •   Algunas enfermedades sistémicas (Síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, lupus eritematoso…).
  •   Esfuerzo visual mantenido.
  •   Algunos fármacos como: anticolinérgicos, descongestivos, diuréticos…
  •   Algunas técnicas quirúrgicas oftálmicas.
Algunas medidas generales para prevenir la xeroftalmia son:
  •   Limitar periodos de lectura, televisión u ordenador y programar descansos regulares.
  •   Bajar la pantalla del ordenador por debajo del nivel de los ojos para disminuir la apertura palpebral.
  •   Abandonar el hábito tabáquico.
  •   Humidificar el ambiente y evitar corrientes de aire.
  •   Reducir medicamentos para la alergia y el resfriado ya que pueden empeorar los síntomas.
  •   Higiene ocular.
En algunos casos no son suficientes  las medidas generales y se requiere de tratamiento médico como: 
  •    Lágrimas artificiales y pomadas lubricantes.
  •   Ciclosporina o corticoides tópicos.
  •   Suero autólogo.
  •   Taponamiento de los conductos de drenaje lagrimal. 

El síndrome de ojo seco puede derivar en patologías más graves como queratitis, pérdida de visión o úlceras de córnea. Por ello ante la presencia de síntomas  es recomendable realizar controles oftálmicos.


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